Es nuestro segundo título de la colección "¡Sorpresa!" de Bruño y no nos cansamos de él. Lo compramos hace poco y desde el principio Álvaro se dedicó a curiosearlo de arriba a abajo, pasar las paginitas, levantar sus solapas y buscar las diferentes texturas con el dedito. Pensé en un principio que "Los bebés" era sin lugar a dudas el libro que había captado más la atención del peque hasta el momento, pues estuvimos dándole vueltas y mirando sus detalle cerca de veinte minutos (¡sorprendente!), pero, aunque el libro sea ideal para un niño de la edad de Álvaro (10 meses), fue su "momento lector" lo que había cambiado. Ahora se concentra durante más tiempo en las ilustraciones, quiere pasar las páginas solito, sostener el libro, mirar cada ilustración una y otra vez. ¡Y qué atención presta! Parece que todos sus sentidos estén volcados intensamente en lo que tiene delante.
"Los bebés" tiene ya en la portada una suave textura que imanta el dedito E.T. de los peques. Son todos bebés los que se esconden bajo las grandes solapas de las páginas impares (bebés rodeado de burbujas en el baño, bebés con chubasqueros, bebés con sombreritos divertidos...) y se rodean de cautivadores juguetes que hacen sonreír a los más pequeños. Se convierte entonces en un regalo idóneo para enanos curiosos y de dedo ágil (¡o torpe!).
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¡Sorpresa! Los bebés
Dorling Kindersley
Bruño, 2008
domingo
Texturas
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miércoles
Nanas ilustradas

Media Vaca acierta con esta selección de variadas nanas (las más visitadas son de Mistral y Fuertes) escogidas por Herrín Hidalgo para este volumen. Una auténtica joya también para regalar también a adultos.
lunes
Bandadas de pájaros

No queda mucho para convencer a Álvaro que provocar el vuelo en masa puede ser la más hermosa imagen en movimiento. Haremos palmas, bajaremos la ventanilla y gritaremos, bailaremos tontamente hasta conseguirlo. Porque las bellas manías deben ser heredadas con el encanto de la inocencia, como un ritual de descubrimiento de lo bello en grandes dosis instantáneas. Quizá Guisantito ya me intuye el rito aún no transmitido y por eso escuchó atentamente las palabras que mi imaginación añadió a "Piccolo y Nuvola", un álbum ilustrado de Emilio Urberuaga sin ningún contenido textual. Todo ilustración, este título sorprenderá por la sencillez de su composición y de cómo logra emocionar sin el uso de la palabra. El simbolismo, la fuerza del blanco y el negro y la capacidad de regalarnos todo un paradigma mediante nubes y pájaros, hacen de este libro un acierto editorial de Narval. Me sorprendió que el peque atendiera hasta la última página (no intentó comerse ninguna, ni lo cogió para girarlo, ni nada). Escuchó apaciblemente cómo yo ponía nombre a los cielos surcados por nubes negras, pájaros curiosos, aviones de guerra, humo de sucias fábricas o ruidosos barcos. Fue tremendamente hermoso ternerlo sentado sobre mis rodillas y descubrir que soy capaz de calmar sus ganas de juego a través de un libro hermoso una vez más. Y sé, vaya si lo sé, que conforme pasen los meses la lectura se hará más intensa, más voluntaria, más buscada. Ahora es sorpresa, color, curioseo, pero poco queda para ser un placer, un regalo, un rito.
Y Carlos Vudú ambientando
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sábado
¿Dónde está...?
Cómo pasa el tiempo... Álvaro ya no es ningún guisantito. Qué duda cabe. Nos encontramos con los primeros pasos, la primera fiebre, las primeras caídas, los primeros avances con el lenguaje y muchos más kilos de los que cabría esperar en un pequeño guisante. El día a día es un no parar: toda madre lo sabe. Y es que si ya antes era curioso, con nueve meses parece querer saberlo todo. Como puede además moverse donde quiera, alcanzar objetos altos, gatear bajo las mesas, levantar alfombras, abrir cajas, etc., todo llama su atención. Sigue mirando a su alrededor como si quisiera comerse el mundo. Los espacios nuevos le requieren gran tiempo de análisis; ¡parece memorizar la posición de cada objeto! A veces parece que sólo tiene ojos (¡y pestañas, qué envidia!).
El libro de hoy lo venimos leyendo ya tiempo y hasta podemos decir que lo tiene sobado de más (ejem, y mordido también). "¡Splis! ¡Splas!" es uno de los títulos de Sonidos sorpresa editados con gran acierto por Bruño. De formato considerable, esquinas redondeadas, hojas gruesas y llamativos colores, este libro cuenta con la diferencia de incluir sonidos en sus pestañas. Ya hemos hablado de ambas cosas en estas reseñas; no creo que haya nada más divertido para un niño de esta edad que el poder descubrir objetos bajo solapas o encontrar asociado un sonido a los personajes escondidos. El contenido del libro está perfectamente presentado, con bonitas fotografías, letras grandotas, objetos claramente representados y simpáticos bebés sonrientes. En las páginas pares hallamos a un bebé en un momento del baño (secándose, en la bañera) y a su alrededor vemos un escenario con divertidos objetos (regaderas, barquitos, redes de pescar...). El texto nos induce a ayudar al protagonista ("El bebé no encuentra su pececillo... ¿Dónde estará escondido?") y en las páginas impares tendremos la oportunidad de guiar a nuestro pequeño a encontrar el objeto en cuestión levantando diferentes solapas hasta acertar. Los textos de Dawn Sirett permiten interactuar con el pequeño en un diálogo ameno ("¿Dónde estará?" "¡No, no, aquí no está!"). Un detalle interesante es que no todas las solapas se levantan en el mismo sentido, lo que mueve al bebé a no acostumbrarse a un sólo movimiento de pestaña, sino que habrá de manosear con su deditos y averiguar hacia dónde puede abrirlas. Si a todo esto sumamos los divertidos sonidos que se activan al encontrar la pestaña ganadora damos con un acierto para regalar y leer a nuestros cachorros. Una monería que sin duda os alegraréis de tener en casa, pues además podréis escoger entre otros simpáticos títulos de la colección (con animales de la selva, vehículos...). Por experiencia os aconsejo cuidado a la hora de acercar las pestañas a la boca de los pequeños... En esta etapa todo está tan apetecible...
Y de fondo Jo Hamilton

Y de fondo Jo Hamilton
lunes
Shhhhhhhhhh
Cada día Guisantito se muestra más simpático. Cierto es que cuando llega a un lugar nuevo o con gente que no conoce precisa de un tiempo de curioseo; sólo cuando ya ha escaneado todo su alrededor despliega su talante más cautivador. Caras de pirata, sonrisas infinitas, carcajadas imitadas aún con torpeza de aprendiz, silabeos encantadores, son sólo una parte de su repertorio de monerías. Otras muestras de simpatía (siempre con la sonrisa en la cara) son las palmitas, adiós-adiós, hola-con-la-manita, no-sé no-sé con los hombros o baila-baila-baila. Distingue ya a determinadas personas dentro de su escala de interés. Los bebés como él no le llaman la atención, pero sí los niños más mayorcitos, especialmente cuando le incitan al juego. ¿Os imagináis cómo se comporta entonces con sus hermanos mayores, que le adoran y regalan todas las gracias y mimos del mundo?
Esta noche hemos marcado un antes y un después en las rutinas del peque. Tengo decidido que cuando estén aquí M. y R. serán ellos quienes les lean. ¡Cómo ha disfrutado! Su hermana ha visitado nuestro ya libro favorito "La gallina Cocorina". Cada vez que la protagonista consolaba a sus polluelos con un "abrazo del ala" se estrujaban entre risas. El hermano ha sido más audaz y ha leído un cuento inquietante, de extraños sonidos en la noche. Éste va a ser nuestro libro de hoy: "¡Cuánto ruido!"
Del prestigioso ilustrador Max y publicado con redondeadas esquinitas por Anaya, "¡Cuánto ruido!" es un libro ideal para la hora de dormir. Que conste que es sólo apto para lectores sin vergüenza y con mucha gracia, pues está lleno de soniditos que deben exagerarse todo lo posible. También conviene imitar el sigilo que Dani y su amiga Renata muestran cuando se aventuran en la oscuridad de la casa para averiguar qué extraño sonido no deja que duerman. Las ilustraciones, de negro y grueso trazo, divertidas formas y encantadores ambientes, resultan llamativos para los más pequeños. Personalmente me quedo con las largas patas de Renata y la carita divertida de Dani, son geniales.
Y las hojas tintineando de fondo con Julie Peel
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¡Cuánto ruido!
Max
Anaya, 2004
Esta noche hemos marcado un antes y un después en las rutinas del peque. Tengo decidido que cuando estén aquí M. y R. serán ellos quienes les lean. ¡Cómo ha disfrutado! Su hermana ha visitado nuestro ya libro favorito "La gallina Cocorina". Cada vez que la protagonista consolaba a sus polluelos con un "abrazo del ala" se estrujaban entre risas. El hermano ha sido más audaz y ha leído un cuento inquietante, de extraños sonidos en la noche. Éste va a ser nuestro libro de hoy: "¡Cuánto ruido!"
Del prestigioso ilustrador Max y publicado con redondeadas esquinitas por Anaya, "¡Cuánto ruido!" es un libro ideal para la hora de dormir. Que conste que es sólo apto para lectores sin vergüenza y con mucha gracia, pues está lleno de soniditos que deben exagerarse todo lo posible. También conviene imitar el sigilo que Dani y su amiga Renata muestran cuando se aventuran en la oscuridad de la casa para averiguar qué extraño sonido no deja que duerman. Las ilustraciones, de negro y grueso trazo, divertidas formas y encantadores ambientes, resultan llamativos para los más pequeños. Personalmente me quedo con las largas patas de Renata y la carita divertida de Dani, son geniales.
Y las hojas tintineando de fondo con Julie Peel
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¡Cuánto ruido!
Max
Anaya, 2004
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sábado
Repaso del año
31 de diciembre y primera Nochevieja de Guisantito. No podemos estar más felices. El peque es un encanto, sonriente, fortote, curioso y extrovertido. Busca hacernos sonreír a cada instante, todo lo quiere tocar y tiene las chichas mejor puestas del barrio. Podemos añadir para contrarrestar que nos lleva dos horas dormirlo (desde que prefiere bailar y pasearse de pie por la cuna en vez de dormir), pero, ¿de verdad podríamos enfadarnos porque quiera hacer la moto y decir pa-pa-pa-pa con las manitas agarrando los barrotes? ¿Qué más podríamos pedir? Sin duda ésta va a ser una Navidad para recordar. No olvidamos a quienes ya no están con nosotros para disfrutar estos días, pero mantenemos la sonrisa creyendo que nos espían por alguna rendijilla y comparten nuestra felicidad.
Este año ha estado cargado de lecturas (algunas ni hemos tenido tiempo de reseñarlas, espero que estas fiestas logremos dar cuenta de todas). Quiero hacer un homenaje a las más visitadas haciendo el resumen estadístico público.
Aquí van las entradas más vistas:
Gana al nacimiento de Álvaro el maravilloso libro de Mar y Momo, "La gallina Cocorina" de Cuento de Luz. Sin duda ha sido uno de los mejores. Por las noches lo leo desde la cama mientras Guisantito se pasea de un lado a otro de la cuna. Ya casi lo sabemos de memoria, "Disculpad tanta torpeza, hijitos del corazón, con un abrazo del ala os consuela mi plumón...".
De todas las webs que nos han enlazado éstas son las que más visitantes nos traen:
En cuanto el origen de los guisanteros destacamos entre los países hispanohablantes Alemania, donde pasa frío en estos tiempos nuestra rubia Lucía, visitante asidua.
Este año ha estado cargado de lecturas (algunas ni hemos tenido tiempo de reseñarlas, espero que estas fiestas logremos dar cuenta de todas). Quiero hacer un homenaje a las más visitadas haciendo el resumen estadístico público.
Aquí van las entradas más vistas:
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Gana al nacimiento de Álvaro el maravilloso libro de Mar y Momo, "La gallina Cocorina" de Cuento de Luz. Sin duda ha sido uno de los mejores. Por las noches lo leo desde la cama mientras Guisantito se pasea de un lado a otro de la cuna. Ya casi lo sabemos de memoria, "Disculpad tanta torpeza, hijitos del corazón, con un abrazo del ala os consuela mi plumón...".
De todas las webs que nos han enlazado éstas son las que más visitantes nos traen:
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En cuanto el origen de los guisanteros destacamos entre los países hispanohablantes Alemania, donde pasa frío en estos tiempos nuestra rubia Lucía, visitante asidua.
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