Sigo cansada; cada vez más. En la piscina lo noto enormemente pues tengo que recuperar fuerzas (y sobre todo aliento) a cada largo. Lo que no entiendo es que me falte el aire durante una conversación y después pueda pasear sin problema (al menos hoy no me he fatigado tanto como otros días). Eso sí, alejad de mí cuestas y escaleras pues me da algo. No llego a comprender cómo me ahogo con el mero esfuerzo de comer, ¿qué ejercicio realizo, a ver?
Extraño este cuerpo que sigue cambiando cada día. Mis encías siguen sangrando cada vez que me acerco al cepillo de dientes (creo que incluso sangran antes de entrar en contacto). La acidez y el ardor ya son un continuo que confundo con la normalidad. La espalda se queja por el cambio de mi punto de gravedad. Los pies me matan con zapato plano, si no ando o si ando más de 10 minutos. A pesar de los mocos sigo teniendo náuseas con ciertos olores. Incluso con cremas veo ya las primeras estrías en mi piel. Tengo sueño todo el día y mi humor es para salir corriendo. Pero, ¿y qué? Ya me he acostumbrado y son nimiedades en comparación con la felicidad tontucia que siento (tendrían que verme sonreír mientras me miro la panza).

Podéis imaginar lo que ha disfrutado Guisantito con mi pronunciación de las onomatopeyas del álbum. ¿Habrá mamá guisante que imite mejor que yo las sirenas de las ambulancias y los "bruuuuuuuuuumms" de los coches?
Si sois seguidores de la buena ilustración actual y buscáis una historia comprometida con el medio pero sin llegar a las cursilerías baratas, este libro os gustará.
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Banda sonora: Dulce Pontes y su canto a Cinema Paradiso
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Los pájaros aprenden idiomas
Imapla
SM, 2007
Imapla
SM, 2007
Procuraré cuidarte estos dos últimos meses con el doble de atención.
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