sábado
Cuatro esquinitas
Hoy estoy perezosa.
Que el libro se presente solo.
jueves
Una cuestión de normas

Hoy que me preguntaba qué libro consultar para el tema de la obediencia y las normas me encuentro con este libro de una forma más que original. Nuestra amiga Pilar M. C. lo encontró en la librería del museo Reina Sofía junto a "Hijito pollito" y tuvo a bien regalárselo al peque como prenda de amor. Y es que me parece que la ha enamorado. ¿Cómo no va a quedar prendada un chica como Pilar con coqueteos varios, risas de pillín y travesuras de sinvergüencilla? Hoy mismo nos ha llegado un paquete deliciosamente envuelto a nombre de Guisantito. ¡Y con una preciosa dedicatoria en forma de carita redondita de bebé! Como se nota que es una artista. ¡Guapa, eres mu grande, así te lo digo!

Hoy, nos vamos a la casa de la playa:
viernes
Zzzzzzzzzzzzzz

Supongo que en el fondo lo importante es entenderse, igual que consiguen hacerlo las abejas mediante lo que hace poco se ha demostrado que es un lenguaje universal: el meneo. Hace unos años, originales investigadores comprobaron que, a pesar de la diferencia de especies, las abejas asiáticas y las europeas lograban transmitir mensajes acerca de la ubicación de alimento. Mi bichito poco a poco se las apaña para pedir lo que necesita y su madre está orgullosa de cada pequeño logro, sea un sonido inteligible o un gesto. Eso sí, siempre que no sea el dedo apuntador, ese signo deíctico que hace confundir a todas las madres porque pocas veces se sabe si se refiere al vaso, al jarrón o al perro de peluche de la estantería más lejana.
El caso es que para llegar al entendimiento hay que poner todos de nuestra parte. Eso es lo que ocurre en "La abeja de más". En el panal se han dado cuenta de que no hay sitio para todas. Al hacer recuento descubren ¡que sobra una abeja! Comienza entonces la confusión, las críticas, ¡hasta el racismo! Y yo pienso: ¡Qué fácil es señalar al otro como culpable! Pi Andreu refleja con mucho humor y mimo cómo la confusión suele gobernar momentos de crisis y que es precisamente en esas ocasiones cuando una mente fría y equilibrada aporta las mejores soluciones.
El
libro que hoy reseñamos le encantará a Álvaro cuando crezca un poco. Su sentido
del humor, sus trazos y su compleja composición visual se alejan del gusto
habitual de los guisantitos, pero por esas mismas razones ha sido de los libros con los que más atención ha prestado, siempre con su entrecejo de concentración. Los más enanos encontrarán sin duda posibilidades
de juego en sus páginas, como encontrar objetos (botijos, calderas, tuberías).
¿Os habéis dado cuenta de que la mayoría de los libros para enanos tienen
siempre los mismos objetos y animales? Es normal que al final los acaben
reconociendo, pero ya echamos de menos algo diferente. ¡Vivan los libros originales
como “La abeja de más"! Kim Amate construye un escenario recargado de barrigotas a rayas, de un peculiar reino de antenas y miel lleno de detalles que embelesan. Suma además al texto elementos que enriquecen de manera siempre original al álbum. Recuerda a aquellos detalles secundarios que me encantaba encontrar en los tebeos de Mortadelo y Filemón. Como ejemplo nombraré sólo el pseuudo-Pentágono, que en esta ocasión muda su nombre por Hexágono (como no podía ser de otra manera en un panal) y que presenta un modo peculiar de identificación de sujetos, la "autorización por escáner de antenas con su correspondiente par de agujeritos.
El álbum ilustrado en cuestión lo podréis encontrar en la editorial Takatuka, con tapa dura y con unas abejas dispuestas a dejarse leer.
De banda sonora hoy Los macabeos:
Etiquetas:
abejas,
Andrés Pi Andreu,
Kim Amate,
Takatuka
miércoles
Animalitos

Para aquellos padres que quieran jugar a nombrar animales usando imágenes claras y simpáticas les recomendaré el libro de hoy. No puedo sino llamarse el "Gran libro de animales". De tapas duras, páginas resistentes, fotografías precisas con fondos de color diferenciado y plano, este precioso volumen será sin duda la delicia de los amantes de los animales. Un destinatario ideal sería el abuelo que por mucho amor a la naturaleza que admita no sepa en el fondo (ni en la superficie) distinguir un perro de peluche de un oso panda, un pato de un pingüino. (Sí, Abuelo Guisante, lo digo por lectores como tú). En las páginas de este libro, con las imágenes siempre bien distribuidas para identificar fácilmente a los bichos, encontramos los animales clasificados: en el zoo, las crías, las mascotas, en la granja, las aves. Además usa una tipografía muy limpia de palo seco en minúscula, ideal para los seguidores de las teorías de Glenn Doman. Los fondos de colores planos y llamativos hacen resaltar las formas características de cada animal, no permitiendo que el alrededor confunda al pequeño lector. Para completar el encanto del libro encontramos en cada página una pregunta-adivinanza que podrá usar el padre-abuelo-tío cuando el niño sea mayor que Álvaro (en nueve días cumple 15 meses).
La editorial laGalera edita con esmero esta maravilla de libro que sin duda dará mucho juego a los mayores para jugar con los pequeños a reconocer cada uno de los animales que en él se esconden.
Hoy, de fondo, la dulzura de Rumer:
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