miércoles

Animalitos

No hay duda. Si no sabes qué regalar a un niño de uno o dos años seguro que acertarás con animalitos de resina o con un libro de bichos. Les encantan. Guisantito no es menos y, aunque a casi todos los llame "guaguáus", sabe distinguir ya a bastantes especies. En los libritos que manejamos con él o, mejor dicho, los que le dejamos  que le dejamos manosear todo lo que quiera por tener páginas resistentes, ya consigue señalar búhos, mariposas, peces, escarabajos, gatos, ratones, vacas, pájaros, libélulas, ranas, patos (creo que ya debo decir etcétera). Debo admitir que no deja de impresionarme cómo señala decidido con su pequeño dedito las figuras que le vamos nombrando. Supongo que criar a un niño es sorprenderse cada día con sus avances y vivir cada logro con ilusión recién estrenada. Cuando en los libros o fuera de ellos le voy preguntando dónde está algo, no cuento siempre con que conozca el objeto en cuestión. Primero hago la pregunta, espero a comprobar su reacción y si él no lo localiza rápidamente pongo voz de sorprendida, lo señalo y exclamo: "¡Oh, aquí está el lagato! ¡Qué verde y qué cola más larga!" Hoy durante el baño de Álvaro nos hemos quedado patidifusos cuando al preguntarle por el espejo se ha girado y, convencidísimo de lo que hacía, lo ha señalado con precisión. Ninguno recordábamos haberle enseñado la palabra pero sus letras ya se habían colado en su cabecita hasta reconocerlo sin dudar. 


Para aquellos padres que quieran jugar a nombrar animales usando imágenes claras y simpáticas les recomendaré el libro de hoy. No puedo sino llamarse el "Gran libro de animales". De tapas duras, páginas resistentes, fotografías precisas con fondos de color diferenciado y plano, este precioso volumen será sin duda la delicia de los amantes de los animales. Un destinatario ideal sería el abuelo que por mucho amor a la naturaleza que admita no sepa en el fondo (ni en la superficie) distinguir un perro de peluche de un oso panda, un pato de un pingüino. (Sí, Abuelo Guisante, lo digo por lectores como tú). En las páginas de este libro, con las imágenes siempre bien distribuidas para identificar fácilmente a los bichos, encontramos los animales clasificados: en el zoo, las crías, las mascotas, en la granja, las aves. Además usa una tipografía muy limpia de palo seco en minúscula, ideal para los seguidores de las teorías de Glenn Doman. Los fondos de colores planos y llamativos hacen resaltar las formas características de cada animal, no permitiendo que el alrededor confunda al pequeño lector. Para completar el encanto del libro encontramos en cada página una pregunta-adivinanza que podrá usar el padre-abuelo-tío cuando el niño sea mayor que Álvaro (en nueve días cumple 15 meses). 


La editorial laGalera edita con esmero esta maravilla de libro que sin duda dará mucho juego a los mayores para jugar con los pequeños a reconocer cada uno de los animales que en él se esconden. 


Hoy, de fondo, la dulzura de Rumer:



1 comentario:

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